Todos para uno

Uno de los autores del artículo científico que os comento hoy declaraba en una entrevista: «uno de los mayores desafíos de la Biología es comprender los orígenes de la complejidad biológica». No le falta razón, porque se está refiriendo a una de esas grandes transiciones en la evolución de los seres vivos, como es el paso de seres unicelulares a organismos formados por varias células que actúan conjuntamente. Aunque pueda parecer sorprendente, la multicelularidad apareció en diversas ocasiones a lo largo de la diversificación de la Vida; probablemente, por primera vez hace más de mil millones de años.

La aparición de seres multicelulares trajo consigo otra «innovación» muy importante, como es el hecho de que un organismo adulto se forma a partir de una sola célula que se ha desprendido de otro adulto multicelular. Dentro de las diversas teorías que existen para explicar la aparición de organismos formados por muchas células, esta innovación se consideraba como un evento bastante tardío: primero aparecieron los seres multicelulares, que se reproducirían «partiéndose» en grumos más pequeños; mucho tiempo después se habría desarrollado esta capacidad de «soltar» una única célula capaz de generar un nuevo individuo. Según esta nueva investigación, parece que la cosa podría haber sucedido más rápido de lo que se creía.

Los investigadores estudiaron un alga llamada Clamidomona (Chlamydomona, para los puristas) que es unicelular, o sea que crece como células únicas separadas. Llevaron a cabo «evolución experimental» al crecer estas algas en un tubo y seleccionar aquellas que tienden a formar grumos (que se van al fondo más rápido porque pesan más). Si separamos estos grumos del resto y los volvemos a poner en otro tubo, repitiendo el proceso muchas veces, vamos seleccionando aquellas que poseen la tendencia a formar estos agregados de células. El curioso hallazgo de los científicos fue que, después de tan solo 73 ciclos, en uno de los tubos las algas se habían convertido en un organismo multicelular.

Pero no fue esta la mayor sorpresa para los investigadores, sino el hecho de que esa primera población multicelular se reproducía «soltando» células libres que después dan lugar a nuevos organismos. O sea, que quizás esta forma de reproducirse estuvo presente ya en el momento de la aparición de los primeros seres multicelulares. Lo cual, añadido al hecho de que los científicos hayan conseguido hacer «multicelular» una especie que nunca en su historia evolutiva lo había sido, cambia bastante las teorías sobre las grandes transiciones evolutivas que tuvieron lugar a lo largo de la historia del planeta.

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