El pez que llevamos dentro…

Ya sé que es 2013, pero no me resisto a comentar un artículo publicado en la revista Developmental Cell en diciembre pasado, en primer lugar porque el tema es de los que me apasionan, pero además porque se trata de una investigación made in Spain… En pocas palabras, científicos andaluces han demostrado que alterando el funcionamiento de un gen en embriones de pez, lo que iban a ser aletas se convierten en algo más parecido a brazos.

El tema habría que explicarlo con detalle, pero aquí no es posible. Baste decir que los animales que tenemos cuatro extremidades (dos brazos y dos piernas) procedemos, evolutivamente, de un tipo de peces con aletas carnosas y cartílagos, aletas que probablemente eran una modificación de las típicas aletas radiadas de los peces. No es fácil explicar cómo tuvieron lugar estos cambios, pero todo parece indicar que los genes implicados en el desarrollo embrionario de las extremidades fueron muy importantes.

Esto es precisamente lo que sugiere la investigación de los científicos españoles, que han modificado la intensidad con la que funciona un gen, llamado Hoxd13, en embriones de pez cebra. Al aumentar este gen en el esbozo de las aletas, los investigadores comprobaron que, en vez de continuar el desarrollo embrionario normal como una aleta de pez, se forman estructuras más parecidas a las extremidades de los animales terrestres. Y lo que es más: al insertar en el pez un fragmento del genoma de ratón que se encarga de aumentar la expresión de Hoxd13, vieron que funciona de manera análoga al roedor. Esto confirma que el ancestro común a los peces y a los animales con cuatro extremidades ya poseía la maquinaria molecular necesaria para regular la actividad de este gen, y demuestra el importante papel que tuvieron durante la evolución los genes que regulan el desarrollo embrionario.

1 Comments

Deja un comentario